jueves, junio 22, 2006

Aurora de esperanza (Sau, 1936)

Aurora de esperanza, dirigida por Antonio Sau, es una de las más destacadas plasmaciones cinematográficas fruto de las nuevas «relaciones de producción» tras el proceso revolucionario y el «fenómeno colectivizador» implantado por la CNT en Julio de 1936. Forma parte, pues, del más prístino cine político anarquista español, enfrentado al cine político de los otros partidos en contienda (ejemplificado, en el bando «fascista» por Alma y nervio de España, de Joaquí Martínez Arboleya). En la CNT se expresan así:
«El 23 de julio de 1936 los trabajadores de Espectáculos de Barcelona celebran asambleas para reorganizarse en el marco de la colectivización de la Industria de Espectáculos Públicos: cine, teatro, música... Asumen el concepto confederal del Comunismo Libertario del Congreso de la CNT de mayo de 1936 en Zaragoza: abolición de la propiedad privada, extinción del Estado y del principio de autoridad, etc. Desaparecen así las condiciones impuestas por el Poder que divide a los hombres en explotadores y explotados, en dirigentes y dirigidos».
Aurora de esperanza narra las vicisitudes de un obrero barcelonés y la Marcha del Hambre que, junto con sus camaradas, emprenden hacia la capital.

Podemos destacamos una secuencia que resume bastante bien el espíritu revolucionario de la época. Juán (Felix de Pomés) irrumpe en un tumulto formado en la calle delante de una maniquí. Los hombres miran a la mujer lasciva y desordenadamente, pero el sindicalista Juán procederá a apartarlos, con la fuerza y la legitimidad moral que sólo proporciona la conciencia del proletariado. Ante la vista de Juán, en una imagen de fuerza moral que recuerda a la escena de Jesús expulsando del templo a los mercaderes, la misma maniquí abandona rápidamente su puesto trabajo. El sindicalista irrumpe en la casa de modas, donde un grupo de burguesas y trabajadoras enajenadas se afanan en su labor. Arranca con violencia una prenda a un busto artificial y, en tono encendido, procede con el siguiente latigazo verbal: «¡Canallas! Y para vender esto teneis que comprar la decencia de una mujer…Bien explotáis la miseria. ¡Mercanchifles asquerosos! Con que saña humilláis al hambriento en provecho de vuestro negocio…Y vosotros, clientes, ayudáis a éste crimen con vuestro cochino dinero. ¡Pero éste telele se os acabó ya!» El grupo de burguesas y trabajadoras alienadas agacha pronto la cabeza, no muestra ninguna resistencia; reflejo obvio de la conciencia culpable de la opresión capitalista.

El allanamiento, la destrucción de propiedad privada, las injurias y las amenazas quedan justificadas en el contexto de la indignación revolucionaria. Aquello que decía Trotsky: Su moral y la nuestra.

1 comentario:

jorge dijo...

Buenos días, estoy muy interesado en ver la película. Si alguien pudiese indicarme donde conseguirla estaría muy agradecido.

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