Esa pareja feliz (1951) es la ópera prima del tándem Berlanga & Bardem. Las peripecias de una joven pareja que vive de realquiler sirven a nuestros nobeles realizadores para pintar un cuadro de «realismo crítico» de la España «franquista». La película es un alegato irónico contra la sociedad de consumo de inicios de los años cincuenta. Se critican los nuevos opios y ocios populares, empezando por una parodia del cine histórico español (una sosias de Aurora Bautista cae desmayada desde un decorado de cartón piedra). Y, ante todo, las artificiales recompensas de una sociedad consumista que no puede proporcionar seguridad a sus ciudadanos. Bardem y Berlanga miran con escepticismo la nueva sociedad capitalista; ¿creerían que a las jóvenes parejas de la URSS o de la RDA las cosas les marchaban mucho mejor?.
Nuevas pistas sobre la mentalidad anti-capitalista del film: El «sentido comercial» es refutado como una mera estrategia de hombres de negocios cínicos y sin escrúpulos. La ciencia económica, la contabilidad y los seguros, otras tantas formas de engaño. Junto con ello, una constelación de valores falsos, superestructurales, vinculados con una felicidad comercial y de Noria, la degradación de la cultura, la irracionalidad de los juegos de azar como falso destino, etcétera.
Curiosamente, el lema publicitario (¡A la felicidad por la electrónica!) que les sirve como chirigota a nuestros chicos progresistas era al menos similar a la confianza leninista en la superación de los problemas sociales por medio de las novísimas tecnologías de la electricidad.
2 comentarios:
Estupendo comentario. La verdad es que Bardem está sobrevalorado. Un cineasta aburrido con pretensiones.
Interesante comentario que pone de manifiesto una vez más el absurdo de tantos prejucios contras la libertad de mercado que conlleva el progreso económico.
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